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Cambios demográficos globales

Vladimir Vasilev
July 30, 2025
Article
La Epopeya de Gilgamesh, el poema épico de la mitología mesopotámica que data del siglo II a.C., cuenta la historia del rey Gilgamesh y su búsqueda de la inmortalidad. En el relato, Gilgamesh renuncia a su búsqueda, pero la humanidad no.

El 'proyecto Gilgamesh' es el esfuerzo científico perenne de la humanidad para prolongar la vida y, en última instancia, acabar con la muerte. La búsqueda de la inmortalidad continúa, pero los humanos ya están viviendo más tiempo. En Estados Unidos, un niño nacido en 1900 tenía una esperanza de vida de 48 años; en 1960, esta había alcanzado los 70 y hoy se sitúa justo por debajo de los 80 años. En los países desarrollados, esto, combinado con la disminución de las tasas de natalidad, ha creado sociedades envejecidas. En algunas regiones en desarrollo, esto se ha contrarrestado con altas tasas de natalidad, creando poblaciones con un creciente contingente juvenil. 

La dinámica de la población mundial ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas: la globalización, la urbanización, la volatilidad geopolítica, los patrones migratorios y los cambios ambientales han contribuido a ello. Sin embargo, el envejecimiento de las poblaciones en las naciones desarrolladas y el rápido crecimiento de las poblaciones jóvenes en las regiones en desarrollo sustentan cambios clave en las estructuras económicas regionales, nacionales y mundiales. Estos cambios presentan tanto desafíos como oportunidades para las economías de todo el mundo, lo que exige estrategias proactivas por parte de los gobiernos,Las empresas y las sociedades de todo el mundo. 

Los países desarrollados, incluidos Alemania, Italia y Japón, están experimentando una proporción cada vez mayor de personas de 65 años o más. En Japón, casi un tercio de las personas entran en esta categoría. A medida que la disminución de las tasas de natalidad ha reducido la población juvenil, los avances en la atención médica han llevado a una mayor esperanza de vida y a una mayor población de edad avanzada. Esta tendencia solo está destinada a continuar. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050 se espera que el número de personas de 60 años o más casi se duplique, pasando de 1.100 millones en 2023 a 2.100 millones, con un aumento significativo en el número de personas de 80 años o más. Este cambio demográfico plantea desafíos a la participación en la fuerza laboral, las finanzas públicas, los sistemas de atención médica y la cohesión social. El Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca que, si bien el envejecimiento saludable puede mitigar algunos impactos económicos negativos, se proyecta que el crecimiento económico mundial se desacelerará significativamente a lo largo del siglo XXI, lo que requerirá esfuerzos sustanciales para estabilizar los ratios deuda pública/PIB. 

Por otro lado, regiones como el África subsahariana y partes del sur de Asia están experimentando altas tasas de natalidad, lo que resulta en una creciente población en edad de trabajar. Si se gestiona eficazmente, este cambio demográfico puede proporcionar un 'dividendo demográfico', que ofrece enormes oportunidades de crecimiento económico. Esto tendrá su efecto en la creciente población del planeta. Se prevé que la población mundial alcance los 9.700 millones en 2050, y casi la mitad de este crecimiento se concentrará en nueve países, entre ellos India, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo (RD del Congo), siendo Estados Unidos el único de los nueve en lo que normalmente se considera el 'Norte Global'. Las sociedades envejecidas conllevan presiones fiscales asociadas. Las pensiones, la atención médica y la atención a largo plazo requieren gastos gubernamentales, y un mayor nivel de gasto está ejerciendo presión sobre las finanzas públicas. En respuesta, los gobiernos ya están considerando aumentar la edad de jubilación, incentivar tasas de natalidad más altas y adoptar políticas favorables a la inmigración para abordar los desafíos que plantean las poblaciones que envejecen. Los países europeos en particular han estado dependiendo de la inmigración para compensar estos desafíos y complementar el mercado laboral durante varias décadas, pero el debate político actual en torno a este tema está al rojo vivo. Para las naciones con poblaciones jóvenes de rápido crecimiento, se requiere inversión en educación, atención médica, vivienda y creación de empleo para satisfacer sus necesidades. Una inversión eficaz y específica puede permitir a los países aprovechar el potencial de una fuerza laboral juvenil, lo que conduce a mejores resultados económicos; esto sería particularmente transformador en países como Pakistán, Etiopía y la RD del Congo, todos ellos clasificados como naciones de bajos niveles de vida en el Índice de Desarrollo Humano 2025. 

En los mercados que envejecen, las empresas deberán adaptarse. Deberían considerar la posibilidad de aplicar acuerdos de trabajo flexibles, programas de formación permanente y crear lugares de trabajo adaptados a la edad para dar cabida a una fuerza laboral que envejece. Pero el cambio también ofrece oportunidades: la 'economía plateada', que abarca sectores como el cuidado de ancianos, el ocio, la vivienda, las finanzas y los servicios digitales, se está expandiendo rápidamente. En áreas como la atención social, las innovaciones tecnológicas en robótica, inteligencia artificial y telesalud pueden ayudar a mitigar la escasez de mano de obra y mejorar la eficiencia de la atención. Los mercados y las bases de consumidores impulsados por los jóvenes impulsan la demanda en muchos sectores, incluidos la vivienda, el comercio minorista, la alimentación, los medios digitales, la tecnología educativa y la tecnología financiera. Una reserva de mano de obra juvenil vibrante ofrece a las empresas acceso a talento dinámico, siempre que haya una inversión suficiente en el desarrollo de habilidades. Esto crea las condiciones para un rápido crecimiento urbano, lo que además requiere inversiones en infraestructura inteligente, logística, servicios públicos y soluciones tecnológicas para dar cabida a poblaciones en expansión. Más allá de las preocupaciones económicas, es necesaria una evolución de las actitudes sociales para adaptarse a los cambios demográficos. Las actitudes hacia el envejecimiento deben evolucionar para reconocer a los adultos mayores como contribuyentes económicos y sociales activos a través del voluntariado, el cuidado y las funciones comunitarias. Pero también es fundamental centrarse no solo en el envejecimiento, sino en el envejecimiento saludable. Centrarse en la prevención de enfermedades y la detección temprana ayudará a reducir la presión social y a mantener a las personas como contribuyentes activos a la sociedad durante más tiempo. Sin embargo, debe aceptarse que habrá una mayor presión sobre muchos hogares, y la sociedad tendrá que adaptarse a esto. Con personas que viven vidas más largas y tienen familias más pequeñas, las prácticas tradicionales de cuidado de ancianos pueden requerir un apoyo público más organizado. El desarrollo de poblaciones juveniles podría verse inhibido por valores y normas socioculturales nocivos preexistentes; para desbloquear el potencial de la demografía juvenil, es fundamental garantizar una educación de calidad y el empoderamiento de las mujeres. También existen preocupaciones ambientales. ¿Cómo utilizarán las sociedades en desarrollo esta ventaja demográfica para ampliar la producción económica sin tener un efecto adverso en el medio ambiente? Para consternación de las naciones del 'Norte Global', pueden decidir que ahora es su momento de cosechar los beneficios de los recursos naturales de la tierra.
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